Sin ningún vínculo profesional con la agricultura, este vecino de Entrerríos, natural de Puebla de Alcocer, decidió hace seis años apostar por el campo como modo de vida. A partir de una pequeña explotación de olivos, en poco tiempo se ha hecho con 10.000 árboles, que este año han sabido devolverle con una gran cosecha el mimque éles dispensa los olivos a a lo largo de la temporada.
–Está recogida casi el 90% de la aceituna, pero a tu olivar le quedan aún varios jornales.
–Tengo dos explotaciones, una en Entrerríos en intensivo, que se recogió a principios de diciembre, porque en regadío la aceituna madura antes. Pero ahora estamos con otra en Puebla de Alcocer que es de secado y totalmente tradicional. Los árboles pueden tener entre 150 o 200 años. En este caso maduran más tarde y ha habido años en los que en febrero todavía se están cogiendo.
–¿Podemos hacer ya balance de la temporada?
–Ha sido excelente, a pesar de que el año pasado llovió poco, lo justo, pero se salvó la cosecha. Y los resultados están siendo buenísimos. De hecho, yo nunca había tenido una campaña como de la este año. En secano la media puede estar en unos 6.000 kilos la hectárea y en regadío puede llegar a los 10.000, teniendo en cuenta que los árboles tienen solo unos cuatro años.
–¿A la buena producción también le acompaña el precio?
–Este año sí, se está pagando muy bien. El año pasado cobramos la mitad que este, que está a 70 céntimos el kilo de aceituna. Además, están teniendo mucho rendimiento porque las heladas han hecho que se deshidrate el fruto y tenga poca agua, con lo cual, es casi todo aceite. Eso también ha beneficiado a que la recolección sea mejor, al no tener que dar tantos palos al árbol y que se varee mejor.
–¿Es complicado encontrar mano de obra?
–Es complicado encontrar gente para la recogida de la aceituna, supongo que por motivos económicos, pero ojalá se pudiera pagar más en el campo. Todo debería estar más compensado; los costes de producción con el pago por los productos y, en consecuencia, la mano de obra. Yo tengo una cuadrilla que trato de mantener la misma todos los años.
–¿Prefiere el olivar tradicional o las explotaciones modernas?
–Yo empecé de cero plantando el olivar en Entrerríos. De hecho, no era agricultor, pero cambié de actividad profesional y me vine a vivir aquí. La agricultura me atraía y decidí plantar olivar en intensivo, a pesar de que soy un gran defensor de lo tradicional. Pero ese tipo de manejo no mantiene una empresa. Hoy en día está todo mecanizado y va a la velocidad del rayo. Lo que vale es producir mucho en poco espacio para que sea rentable. No obstante, conservo la explotación tradicional, que también me da muy buen resultado. De hecho, antes con este olivar vivían cuatro familias y trabajaban en él cien personas, pero hoy solo te da, y no siempre, para que viva una sola familia.
–¿Ha pensado en pasarse al superintensivo?
–No es mi intención. Lo que sí en un futuro próximo derivaré a lo ecológico. Los fitosanitarios tienen los días contados. Lo que yo tengo en regadío está en producción integrada, a medio camino entre lo tradicional y lo ecológico. Utilizo productos que tenga la menor cantidad de nitrógeno, fósforo y potasio por hectárea. Además, hace poco he instalado plazas solares para el funcionamiento del riego. Lo cual podría ser un problema ya que en Entrerríos el agua para riego se suele dar por la noche. Pero he construido una charca que me permite regar a cualquier hora. Y además favorezco la cubierta vegetal en suelo que permite guardar la humedad y aportar muchos beneficios a la tierra, como se ha hecho toda la vida. Estoy convencido de que el olivar ecológico es el futuro.
–¿Se plantea diversificar cultivos?
–De momento solo tengo olivos. Entiendo que de este modo te lo juegas todo a una carta, pero el problema de plantar otra cosa, como almendros, por ejemplo, necesitas varias mecanizaciones diferentes. Es decir, el tractor o los aperos no son los mismos, lo que implica una nueva inversión, y la maquinaria es cara. Además, creo que, a diferencia de otros cultivos, el olivar es estable en el tiempo y hay mucha demanda de aceite, que además en nuestra región de una calidad extraordinaria.
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