Saltar muros de más de dos metros, trepar por una cuerda o atravesar en suspensión enrevesadas estructuras... Son solo algunos de los elementos que encuentran a su paso los participantes de las conocidas carreras de obstáculos, algo que ha pasado de ser una moda a convertirse en una modalidad deportiva cada vez más habitual.
Una de estas carreras es la Serena Race que reunió en su última cita de este 2021 en Villanueva a unos 300 participantes en un acontecimiento que mezcla la diversión con una gran exigencia física. No obstante, estas carreras requieren de una preparación física específica para superar pruebas que incluso han servido en ocasiones como entrenamiento militar. ¿El objetivo? Completar el circuito en el menor tiempo posible.
El esfuerzo de los participantes se convierte en espectáculo para los asistentes. Así se pudo comprobar en la celebración del Campeonato Indoor de carreras de obstáculos celebrado durante Deporlife y que sirvió para ver a algunos de los mejores extremeños en esta modalidad. «En Extremadura ha habido este año muchas carreras y es una modalidad que está creciendo poco a poco en la región», explicaba Juan José Paredes tras completar el circuito de exhibición de la Serena Race instalado en Feval del 24 al 27 de noviembre coincidiendo con Deporlife.
Natural de Don Benito, Paredes entrena en el Centro Arbelecos de Villanueva de la Serena. Para su preparación, trabaja de manera específica fuerza y resistencia. Aunque uno de los aspectos más importantes es el de la fuerza de agarre, clave para superar algunos de los obstáculos que en muchos casos están ya predefinidos, pero con diferentes dificultades. «Se trata de un entrenamiento funcional en el que es importante correr, aguante en suspensión y dominar todo tipo de entrenamientos».
Cada carrera es diferente
Dice que cada carrera es diferente, pero recuerda que en la Serena Race son siempre los mismos obstáculos en las tres o cuatro carreras que se hacen al año y que tienen un recorrido cercano a los 8 kilómetros. A los citados muros, se suman también otros elementos como las pirámides, estructuras inclinadas de madera, de unos 4 o 5 metros de altura, que deben ser escaladas con ayuda de cuerdas; o también las 'monkey bars', barras paralelas elevadas que deben atravesarse utilizando solo las manos y sin que los pies toquen el suelo en ningún momento.
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En esa variedad de obstáculos se encuentran también las ruedas giratorias, metálicas y de gran tamaño con las que hay que acompasar el movimiento en suspensión para atravesar el obstáculo.
Pese a la dificultad, el integrante del Arbelecos confiesa que es un deporte «en el que todo el mundo disfruta y se divierte para estar con amigos y en familia». En su caso es además una afición que compagina con su trabajo en una fábrica, «yo llevo tres años, lo conocí a través de un compañero que me animó a probarlo y me gustó, pero para mí es una afición, no es para ganarte la vida».
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En ese sentido, sí que reconoce que no le importaría dedicarse profesionalmente a ello, «pero tienes que ser muy bueno; a nivel nacional, hay mucha gente practicando este deporte, con mucha preparación y que se dedica de forma profesional a esto, incluso viven de ello». De momento, se conforma con disfrutar de citas como la Serena Race, que suma ya varias ediciones en distintas localidades.
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