
El artista villanovense Fernando Sembrador sigue dando rienda suelta a su imaginación para impulsar la cultura extremeña, en este caso, a través del alfabeto aborigen extremeño. «Los primeros pobladores extremeños dejaron este tesoro lingüístico que, a través de su creatividad, ha llegado a mi imaginación para transmitir su conocimiento», explica Sembador, «conservados en las entrañas de nuestra tierra, se trata de pictogramas, signos icónicos que representan figurativamente un objeto real o un significado; letras sagradas de una de las pocas lenguas vivas, el Estremeñu».
A través de sus originales creaciones, Fernando Sembrador recupera este documento escrito que entiende como «un tesoro creado en la imaginación de los aborígenes extremeños y que hoy está al alcance de todos los 'estremeños' a través de un abecedario, símbolos que corresponden a nuestro alfabeto actual».
Según explica, la historia de este alfabeto se inició en los albores de la historia del pueblo extremeño. Es una escritura cuneiforme representada mediante pictogramas, «las letras del abecedario, talladas en piedras y que han llegado a nuestros días envueltas en un halo de magia y de misterio». Una escritura en imágenes para representar no solo las letras, sino también los sonidos del habla, «en una forma más abstracta y similar a nuestro alfabeto».
Cada símbolo es una letra del abecedario actual, símbolos creados a partir de iconos de Extremadura, de sus formas sagradas, de sus raíces, su folklore, su gastronomía, su territorio, el pensamiento de aquellos primeros pobladores, la idea que tenían de su tierra, sus rituales, su forma de vivir, en definitiva, «su primera expresión lingüística y artística para transmitir el amor por su tierra». Por ejemplo, las cigüeñas, la bellota o la Encina, el meandro del Melero, o los personajes de su mitología como Jarramplas o Carantoñas, tal y como los conocemos en la actualidad, entre otros.
«Una manifestación simbólica, como la representación del sol, las estrellas, el cielo extremeño, su fauna y su flora», añade Fernando Sembrador, que utiliza la imaginación para transmitir en letras «la belleza, la flor de Jara representa la letra 'o' y una representación de la Huerça, el Lince es la letra 'u', entre otras».
El artista villanovense entiende que se trata de una apuesta por la imaginación, a través del diseño, la vanguardia y la innovación para acercar a los más jóvenes una forma distinta de aprender el abecedario a través de estos símbolos que ya muchos colegios se han interesado por tener entre sus actividades. «Un juego creativo, para formar las palabras de nuestro vocabulario extremeño, dándole visibilidad a nuestra tierra a través de la expresión artística de estos aborígenes», asevera.
Nuevo proyecto
Asimismo, Fernando Sembrador se encuentra trabajando actualmente en un proyecto bajo el título 'Invocando Extremadura'. «El origen de Extremadura es aborigen, un gran salto del mundo real al mundo imaginario levitando bajo tierra. El personaje es piedra y arena, arcilla y hierro y camino», dice el artista dando algunas pinceladas de lo que será esta nueva iniciativa que todavía no ha descubierto, pero con la que pretende traer a la memoria «la presencia de Extremadura en estado puro».
Será a través de lo que él define como un ritual «salvaje» que pretende llevar a cabo en distintos enclaves de Extremadura, «danzando entre las cenizas para que renazca nuestra tierra con el poder de la creatividad».
Guiños a la región que también ha reflejado recientemente en su proyecto de 'Emoticonos extremeños' que ha dedicado, entre otros, a la llegada de las grullas a la región, a la Jota o a Luis Landero por su Premio Nacional de las Letras. Asimismo, está creando versiones diferentes con su estilo propio de los escudos de numerosas localidades extremeñas.
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