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Toni Gallego muestra su placa y su gorra de Policía Local. SOL GÓMEZ
«Cuando le dije a mi padre que quería ser Policía Local me dijo que si estaba loca»

«Cuando le dije a mi padre que quería ser Policía Local me dijo que si estaba loca»

toni gallego ·

Hace 32 años fue la primera mujer que ingresó en el Cuerpo en Villanueva, junto a otra compañera. En unos días celebrará su jubilación.

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Lunes, 30 de mayo 2022, 19:21

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En solo dos semanas Toni Gallego estará disfrutando de unas merecidas vacaciones permanentes. Será justo el 14 junio, cuando celebre su 61 cumpleaños, y comience la jubilación. Si mira 32 años atrás se siente muy orgullosa de haber dado lecciones, haber callado bocas y haber abierto camino a otras mujeres, porque ha sido la primera mujer Policía Local que ha habido en la comisaría de Villanueva de la Serena. Y es que, a pesar de que ella creía firmemente en sus capacidades, no lo veían igual dentro de su casa, especialmente Pedro, su padre.

«Cuando le dije que me iba a preparar las oposiciones para Policía Local me dijo que si estaba loca, que me olvidara de eso porque era cosa para hombres y que seguro que yo no era capaz de aprobarlo siendo una mujer». En cambio, su madre, Concepción, era su aliada e insistía al marido en que la dejara hacer lo que le gustaba. De hecho, hoy con 91 años, «mi madre sigue yendo por ahí presumiendo de que su hija es policía, y yo me muero de vergüenza».

En 1990 Toni comenzó la carrera de fondo en la que pasó primero las pruebas físicas, después se sacó el carnet B1 y A2, superó el test de conocimientos y el reconocimiento médico. «Cuando mi padre vio que estaba la tercera de las seis plazas que había, con 76 opositores, no se lo podía creer», asegura. También aprobó su compañera Mª Carmen Burón, un par de años más joven «y eso de que entreran mujeres en el Cuerpo fue un boom».

Cuando todo terminó, y Pedro vio a su hija con el uniforme se sintió muy orgulloso. De hecho, no había un solo día que no fuera a buscarla a media mañana para tomarse un café con ella. «Decía que le hacía ilusión que alguien con uniforme le pagara un café». La pena es que una enfermedad se lo llevó un año y medio después «y tuvo que pasar mucho tiempo hasta que yo fuera capaz de entrar a tomar un café en un bar».

Casada y con dos hijas y un hijo, tuvo que multiplicarse para poder llegar a todo. Ellos fueron los primeros en interiorizar eso de que su madre era una agente. Y tanto fue así que «el pequeño, cuando veía a alguien con el uniforme, empezaba a llamarlo mamá y estiraba los brazos para irse con él», cuenta entre risas.

Pero esas más de tres décadas de servicio al ciudadano han dado para mucho, para lo malo y también para lo bueno. «Me quedo con los años que he compartido con mis compañeros, sobre todo con los que han estado siempre ahí», confiesa. Y eso que, al principio, lo de que entrara en el cuerpo una mujer requirió adaptación por parte de todos, aunque más que nada para parte de la ciudadanía. «Es como si no impusiera el mismo respeto una mujer que un hombre. Incluso, un vecino me retó una vez diciéndome que a él no le iba a mandar ni a decir lo que tenía que hacer una mujer, ni aunque fuera policía».

Toni Gallego y su compañera Mª Carmen Burón, tras entrar en el Cuerpo. HOY

Anécdotas

Experiencias y anécdotas no le faltan después de haber estado doce años impartiendo jornadas de Educación Vial a los niños y dando charlas en colegios, institutos y centros de educación especial sobre prevención de adicciones, violencia de género y los peligros en la red. Y todo gracias a su formación como licenciada en Criminología, y al máster en Violencia de Género y el de Investigación de Ciencias Sociales en la rama de Psicología. A ello se suma el trabajo en la calle que dejó en noviembre de 2018, cuando pasó a realizar tareas de oficina.

Son muchos los casos que se le han quedado grabados «y que te tocan el alma», como los relacionados con menores que se tienen que separar de sus madres porque éstas sufren adicciones y se hacen cargo de ellos la Junta. Aunque, los momentos más duros son en los que hay accidentes con fallecidos o suicidios.

Toni Gallego recibió el reconocimiento de sus compañeros su último día de trabajo. HOY

Hay otras imágenes mucho más agradables que tampoco va a olvidar, como la sorpresa que sus compañeros le dieron el último día de trabajo. Estaban todos en el patio, con las sirenas puestas y aplaudiendo al bajarse del coche. Le entregaron un ramo de flores y una placa. En ese momento, tragó saliva y mantuvo la entereza, pero cuando llegó a casa se pasó dos horas llorando. «Yo creo que habré aportado algo en este tiempo en el que me he sentido muy querida», confiesa Toni. Todo ello tiene su recompensa, el poder disfrutar del tiempo libre, viajar, pasar más tiempo en el campo, cuidar de sus perros y gatos «y disfrutar de la vida, que es lo principal».

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