
Juan Carlos Ojeda es un experto en coleccionar los recuerdos de la infancia
TESOROS ·
Sus mayores colecciones se centran en pines y cromos de fútbol que inició cuando era niñoTESOROS ·
Sus mayores colecciones se centran en pines y cromos de fútbol que inició cuando era niñoCuando de pequeño coleccionaba las pegatinas del Bollicao o los tazos que venían en las bolsas de Matutano, seguro que nunca pensó que 20 años después sería el creador de una de las ferias del coleccionismo más importantes del país y referente a nivel internacional. Y, por supuesto, él también tiene grandes colecciones que custodia en una habitación dedicada exclusivamente a esta actividad. Llama la atención un mueble con trece cajones tipo bandeja donde tiene perfectamente ordenados 15.000 pins, su colección más preciada.
Todo empezó durante unas vacaciones con sus padres donde dando un paseo encontró un mercadillo donde había un montón de pins colocados en una sábana, «y compré unos cuentos de los de Disney, y así un día y otro, de tal manera que cuando acabaron las vacaciones llegué a casa con 30 o 40 pins de todos los personajes, que los coloqué en una gorra», cuenta. Fue por entonces cuando estalló el boom de este tipo de insignias para colocar en camisetas, mochilas o bolsos con motivo de los mundiales y las olimpiadas. «Todas las casas comerciales tenían pin promocional, y yo los quería tener todos, por lo que de la gorra pasaron a los marcos y de ahí ya a los muebles». Los seguí poniendo en gorras, luego en marcos y luego ya en muebles.
Pero su fuerte son los pines deportivos. Juan Carlos reconoce que tiene de todos los equipos nacionales, desde la primera división hasta los de regional preferente, fútbol base… Algunos de ellos, incluso, han sido editados por grupos de coleccionistas o de amigos porque no existían, y luego los clubes se han animado a tenerlos. Uno de los más preciados por los amantes de estas insignias que se sujetan con un alfiler o broche es el de los Juegos Olímpicos de Tokio 2000, que nunca llegaron a celebrarse, pero sí estaban ya hechos.
Los más buscado
Eso ha pasado con muchas cosas de estos años de pandemia en los que hay muchos eventos que no se han celebrado. Es el caso de los cupones de la ONCE, ya que estos se editan con varias semanas de antelación, por lo que hay una serie de dos semanas, que nunca salieron a la venta porque coincidió con el decreto del estado de alarma y los sorteos no se celebraron. «Llegó el confinamiento y se retiraron del mercado, y eso tiene un valor incalculable, porque no volvió a haber sorteos hasta el mes de junio», señala este coleccionista.
Pero en la habitación del coleccionismo de Juan Carlos no solo hay pins. Sellos, monedas, azucarillos, pulseras de tela, postales, llaveros, cervezas y cromos, muchos cromos de fútbol, es otro de sus fuertes. También atesora infinidad de muñecos de Playmobil. Pero la última colección que inició fue la de los dispensadores de caramelos Pez. Juan Carlos nos descubre tras la puerta corredera de un armario un universo de colores, formas, tamaños y con un sabor a infancia.
En este caso, la intención de reunir todos estos muñecos sobre una base rectangular comenzó sin más, un día pensando en que quería empezar una nueva «me fui a dar una vuelta y de tienda en tienda compré unos cuantos. Cuando llegué a casa tenía 15 o 20 muñecos Pez, y ahí es donde pensé, ya me engancharon otra vez». Los pequeños caramelos Pez vienen manteniendo sin cambios su forma y aspecto desde su aparición en 1927, pero la figura que lo corona adopta miles de formas, de ahí que sea carne de coleccionista. «El otro día los conté y tengo cerca de 1.500 dispensadores, siendo el más antiguo de los años 70».
Ahora está detrás de un dispensador de un fantasma que salió con motivo de unas convenciones anuales, y le falta el del año 2014. «Solo se editaron 70, pero el precio ronda los 300 euros y me parece excesivo, así es prefiero esperar», razona.
Y ahora, mientras perfile la XII Feria Internacional del Coleccionismo de Villanueva que tendrá lugar el 4 y 5 de marzo de 2023, Juan Carlos continúa soñando con montar en un futuro un museo de diferentes temáticas del coleccionismo. «Todavía es pronto, pero no descarto un museo para exhibirlas», concluye.
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Fernando Morales y Sara I. Belled
Álvaro Rubio | Cáceres y María Díaz | Badajoz
María Díaz | Badajoz
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