Una marca que reivindica el orgullo extremeño
AXO EXTREMADURA ·
'AXO'. Fernando y Jose han creado el sello 'Axo Extremadura', que se puede ver en prendas de vestir y complementos, aunando tradición y raíces con diseño e innovaciónAdaptación, creatividad e innovación son las palabras que resumen el proyecto que ha surgido de la mente y las manos de Fernando Sembrador y Jose Cañamero bajo el nombre de 'Axo'. Nadie es ya hoy ajeno a los emoticonos extremeños que nos saludan con un 'acho' y nos traen al presente palabras del pasado para volver a ponerlas en circulación. Un mapa de Extremadura, una palabra en castúo y unos diseños llamativos han sido suficientes para que 'Extremaura', como se llama el icono que viaja por todos los pueblos y fiestas de la región, se haya vuelto viral. Este logro creativo comenzó durante el confinamiento, donde las restricciones convirtieron en trazos digitales los sentimientos de incertidumbre, el miedo y dolor de la crisis sanitaria y se transformaron en ilustraciones de un mundo multicolor. «Desde entonces y hasta hoy, he volcado a diario en mis redes sociales esos dibujos, como un rayo de luz para aliviar tanta tristeza». Así lo resume Fernando Sembrador, artífice que de más de 4.000 ilustraciones que «son como una vacuna de imaginación que te sana un poquito la herida física, mental y espiritual que nos ha dejado la pandemia». Y así es como este emoticono «al que solo le falta hablar», se han convertido en cronista de todos los acontecimientos que suceden en nuestra comunidad autónoma.
En este proceso, que sigue derrochando imaginación diaria ofreciendo nuevas propuestas, hay un punto de inflexión. Según Sembrador, desde que publicó el primer emoticono, «hubo un paisano que me dijo que quería una camiseta con los dibujos». Y así es como ha salido a la luz la nueva marca 'Axo', cien por cien extremeña, bajo la batuta de un villanovense y un amaliense.
«Es un proyecto en pareja, con orgullo de ser como realmente somos y, sobre todo, de ser extremeños», dicen. Son mucho más que dos, y de esa suma ha salido el sello 'Axo Extremadura', que nace con la idea de aunar tradición y raíces, con el diseño, la vanguardia y la innovación. Camisetas, sudaderas, tazas, bolsas de tela, pulseras, calendarios y otros productos que van saliendo a la luz llevan la inconfundible marca puramente castúa, como una seña de identidad que representa a todos los extremeño.
Y no solo eso, es una marca que tiene su propia leyenda, su propio lugar en la historia de la humanidad, aseguran sus creadores. «Nos remontamos a la prehistoria, a los primeros habitantes de nuestro territorio, que dejaron su huella en las piedras de pizarra de las dehesas con las pinturas rupestres», cuenta Fernando. Y esa huella lleva implícita el origen de Extremadura hecho marca: Aura (A), Extremadura (X) y Origen (O). Y, por supuesto, Axo es la actualización de esa palabra que ya da la vuelta al mundo, «como es nuestro gran saludo 'Acho' que deriva en 'Axo'». Y es en este punto donde surge la duda sobre la proporción de realidad y leyenda que tiene su historia. Ellos afirman que tal pintura rupestre existe, pero nadie sabe dónde está. Si todo va bien, lo revelarán en un macroevento que organizarán para la primavera próxima.
Emociones
Ellos lo ven como una marca viva, que busca despertar las emociones instintivas de ser extremeño «y llevar a nuestra tierra como una segunda piel, al lado del corazón, latiendo orgullo en cualquier rincón del planeta». Ellos han creado un diseño en forma de arte abstracto, con líneas geométricas que se cruzan paralelas formando un territorio sobre el que está escrita la palabra AXO. «Es una extensión de los sentimientos profundos del arraigo con líneas que representan nuevos caminos hacia el futuro».
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Ambos trabajan desde casa en este proyecto, con la experiencia profesional de sus trabajos respectivos; Jose en el sector del comercio textil y Fernando en el de la comunicación, diseño y arte. El primero es el experto en gestión de moda, y el segundo diseña los modelos. Y juntos presentan el que hasta ahora es su proyecto de vida.
Fernando todavía se muestra sorprendido por cómo este proyecto le ha hecho salir reforzado de la pandemia. «Quién nos iba a decir a mí y a Jose, que con 44 y 36 años, íbamos a vivir una experiencia tan bonita como la que nos están brindando los emoticonos extremeños, emprendiendo un negocio en Extremadura», confiesa.
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Su objetivo es que cada vez que alguien vea su marca «sienta algo único y emocionante en torno a Extremadura, despertando así emociones positivas solo con verla». En definitiva, su meta es poder llevar por todo el mundo el orgullo extremeño.
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