

Veinte segundos. Ese es el tiempo que ha durado en este Domingo de Resurrección la procesión de 'La Carrerita'. El encuentro de la Virgen de la Aurora con su hijo, el Resucitado, ha vuelto a ser el momento más breve, pero también el más intenso, de la Semana Santa en Villanueva de la Serena. Veinte segundos en los que para muchos es imposible evitar las lágrimas de emoción por vivir un año más esta tradición que algunos contemplan en familia, los más jóvenes con amigos, pero todos con el mismo sentimiento que les lleva a sumarse a los 'Vivas' nada más terminar la carrera: «¡Viva la Virgen de la Aurora!, ¡Viva el Resucitado!, ¡Que viva La Carrerita!». Cánticos que se ven acompañados de fondo por el himno de España a cargo de la Banda Municipal de Música.
Han sido veinte segundos en los que nada se deja al azar. Ya desde primera hora se establecen las marcas en el suelo de la plaza de España, señales que los asistentes tienen que respetar para no hacer peligrar la carrera. Alrededor de esas líneas se van colocando las personas que poco a poco van poblando la plaza. Los hay que madrugan para coger sitio, también más 'madrugadores' son los más jóvenes después de, en muchos casos, una noche de fiesta; algunos llegan con escaleras para ganar altura y otros con sillas para llevar algo mejor la espera. A esa hora, Villanueva tiene ya más vida que cualquier otro domingo del año, aunque sus calles son un reflejo del contraste de este Domingo de Resurrección. Y es que, cuando la iglesia de la Asunción toca las campanadas de las 8 de la mañana, algunos suben la calle Magacela rumbo a la estación de autobuses de regreso a casa tras pasar en la localidad la Semana Santa; son los que miran con cierto recelo a aquellos que van, en dirección opuesta, a disfrutar de La Carrerita.
Conforme la plaza va tomando color, también suben los decibelios fruto de los nervios. Los murmullos son cada vez mayores y advierten de que el Jesús Resucitado ya ha partido desde la capilla de las Concepcionistas Franciscanas. A esos murmullos se suman los tambores de la banda municipal de música que van marcando la llegada hasta la estatua que comanda la plaza, la de Pedro de Valdivia.
Es entonces cuando la mirada se gira hacia el otro lado, a la puerta de San Pedro de la iglesia de la Asunción, porque en breve hará allí aparición la Aurora. Pasadas las 9 de la mañana, el paso sale con cierta lentitud a hombros de los cuatro porteadores que en ese instante inician la carrera al encuentro con el Resucitado.
Veinte segundos que los villanovenses viven con una emoción capaz de contagiarse también a los forasteros en una Carrerita que ya después se disfruta con calma. No faltó este año la lluvia de papelillos azules y blancos que cubren rápidamente los dos pasos en esta tradición que se remonta al siglo XVIII manteniendo su esencia desde entonces y siendo uno de los momentos más icónicos de la Semana Santa no solamente en Villanueva, sino a nivel regional.
Tras esa veloz carrera, después los dos pasos recorren sin prisa varias calles de la zona centro en una procesión que los lleva de regreso a la parroquia de la Asunción para la celebración de la misa. También aquí son centenares las personas que acompañan a la Aurora y al Resucitado porque saben que esos veinte segundos no se repetirán hasta dentro de un año.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Terelu repetirá en el Zorrilla tras aplaudir el público en pie su debut en el teatro
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.